31/10/15

SÁBADO

Abrazados al imprevisto. La casualidad nos busca y los momentos nos encuentran. Destino? Quizás. Las casualidades vienen con el imprevisto y choca con nosotros como el viento con los árboles o el mar con la arena de la playa.

Nunca sabrás lo que vendrá detrás de una montaña, al girar en una esquina o al levantar la cabeza tras caer. Con este pensamiento solo se me ocurre una cosa: tratar de aprovechar lo que tenemos ahora, en este mismo instante e intentar no preocuparnos por un pasado que no tiene arreglo y un futuro impredecible.

Siempre he pensado que las casualidades son lo mejor que nos puede pasar. Son inesperadas, nos aportan muchísimo y pasan muy muy deprisa. Porque al final nada es demasiado importante y todo importa un poco. Pero el que importará de verdad es que cuando lleguemos a los 80 años podamos girar la vista atrás y pensar: ¡cómo he disfrutado!, no he perdido el tiempo con chorradas que al final no tenían importancia, he aprendido todo lo posible y he querido muchísimo.


Quería recordar una frase de un libro de Cristina de Stefano, “La corresponsal”, que recoge las vivencias de la periodista Oriana Fallaci: “No tendrás mucho tiempo para comprender y hacer las cosas. El tiempo que nos dan, esa cosa que llaman vida, dura demasiado poco. De manera que es necesario que todo suceda muy deprisa”.

¡Feliz día!


M.

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